Cada familia debe tener un cuidado infantil que satisfaga sus necesidades únicas y cada proveedor de cuidado infantil debe recibir buenos salarios y beneficios.
Pero en Estados Unidos el cuidado infantil se considera un problema personal que las familias deben solucionar. Esto ha sido especialmente cierto para las mujeres y las familias de color. El problema es que el cuidado infantil no funciona como negocio: los padres no pueden afrontar el costo real del cuidado y los proveedores no pueden ganar lo suficiente para mantener el negocio con lo que las familias pueden pagar.
The Child Care for Every Family Network (La Red) es el movimiento y la campaña por el cuidado infantil universal. Reunimos a las personas directamente involucradas e impactadas por el cuidado infantil (familias, proveedores, organizadores, defensores y aliados) para construir un sistema de cuidado infantil centrado en la justicia racial y de género que rinda cuentas ante aquellos que han sido más perjudicados por nuestra falta. de inversión y programas actualmente insuficientemente financiados.
Estamos construyendo poder para crear un sistema nacional transformado. con acceso universal a cuidado infantil de alta calidad y una fuerza laboral diversa, bien remunerada y bien apoyada.
Buscamos un sistema nacional transformado que resulte en un acceso universal al cuidado infantil con una fuerza laboral diversa, bien remunerada y bien apoyada.
Cinco valores fundamentales guían nuestro trabajo:
Consideramos que el cuidado infantil debe de ser valorado fundamentalmente y ser visto como parte de una gama más amplia de cuidado que cada uno de nosotros merecemos desde la etapa prenatal hasta la muerte. El cuidado infantil es un bien público compartido que requiere de una respuesta robusta por parte del gobierno. Por lo tanto, los gobiernos a todos los niveles deben de dar prioridad e invertir dólares públicos en un sistema de cuidado infantil equitativo que rinda cuentas a la gente. El cuidado infantil para nosotros incluye cuidado temprano, aprendizaje, educación y prescolar, así como fuera del horario escolar.
Necesitamos un sistema de cuidado infantil diseñado para todo tipo de proveedores (en un centro, escuela, comunidad o entorno en el hogar) que proporcione opciones para cumplir con las necesidades de todas las familias (definiendo a las familias de manera amplia e incluyente, incluyendo a las familias LGBTQ) y que apoye el bienestar de los niños (reconociendo la dignidad inherente, igualdad y derechos no enajenables). Rechazamos una mentalidad de escasez que contrapone a padres de familia, proveedores y niños unos contra otros. Cuando los padres y proveedores tienen buen apoyo, los niños prosperan. derechos inalienablesRechazamos una mentalidad de escasez que enfrenta a padres, proveedores e hijos entre sí. Cuando los padres y los proveedores reciben un buen apoyo, los niños prosperan.
Nuestro trabajo está guiado por un reconocimiento compartido de que el sistema actual de prestación de cuidados en este país tiene sus raíces en el racismo sistémico y defiende prácticas que continúan dañando a las comunidades negras, indígenas y de color (BIPOC). El sistema actual sigue siendo estigmatizante, insuficiente y estrecho, y paga salarios insosteniblemente bajos a los proveedores. Por lo tanto, cualquier paso que demos juntos debe estar al servicio de hacer realidad nuestra visión, en lugar de defender un sistema fundamentalmente defectuoso. No nos quedaremos estancados únicamente en lo que hoy parece “posible”.
Las complicaciones del sistema deficiente de cuidado infantil recaen desproporcionalmente en la mujer, en especial en las mujeres de color (específicamente en mujeres de color, latinx, indígenas e inmigrantes), quienes reciben una paga de bajos ingresos y cuyo trabajo, tanto en nuestras familias como en los lugares de trabajo, ha sido y sigue siendo subvaluado. Confiamos en las mujeres y en las personas transgénero y no conforme con el género (TGNC, por sus siglas en inglés) para que tomen las mejores decisiones para sí mismas y sus vidas y vemos el acceso al cuidado infantil como un elemento esencial de justicia reproductiva. Por lo tanto, para encontrar soluciones debemos de entender el sistema de cuidado infantil a través de un análisis interseccional que incluya raza, género y clase.
Creemos en centrar auténticamente las voces y experiencias de las mujeres y comunidades negras, indígenas y de color (BIPOC), inmigrantes, niños con discapacidades y aquellos más directamente afectados por las fallas y barreras del actual sistema de cuidado infantil: ambas familias. y proveedores. En nuestro trabajo, buscamos apoyar la participación a través del acceso lingüístico y apoyo financiero, siempre que sea posible. Sus conocimientos y experiencias vividas darán forma a políticas y prácticas más justas y eficaces.
El cuidado infantil es el trabajo que hace posible todos los demás trabajos.
Necesitamos nuevas leyes y más fondos para construir un sistema de cuidado infantil que funcione para las familias, los niños, los proveedores de cuidado infantil y nuestra economía. Las soluciones incrementales no serán suficientes; debemos abordar las causas fundamentales del fallido statu quo (el racismo institucional y el sexismo) y trasladar el eje del poder hacia aquellos directamente afectados por el cuidado infantil, centrando sus necesidades y liderazgo.
Juntos podemos transformar el cuidado infantil.